Querido Tú:
Tengo envidia de tus cejas porque están cerca a tus ojos; siento pena de mis cejas porque están llenas de quejas.
Tengo envidia de tu boca porque emana tus suspiros; siento pena de mi boca porque no llena tu copa.
Tengo envidia de tus manos porque rozan tus lugares; siento pena de mis manos porque son de mil extraños.
Tengo envidia de tu llanto porque danza por tu cara; y siento pena de mi llanto... porque es tanto que no aguanto.
Yo escribe su nombre al final de la nota, dobla el papelito y lo pasa bajo la puerta de Tú. Luego sigue caminando más desconcertada que cuando empezó, aunque ahora su bolso pesa mucho menos que antes.Tengo envidia de tus cejas porque están cerca a tus ojos; siento pena de mis cejas porque están llenas de quejas.
Tengo envidia de tu boca porque emana tus suspiros; siento pena de mi boca porque no llena tu copa.
Tengo envidia de tus manos porque rozan tus lugares; siento pena de mis manos porque son de mil extraños.
Tengo envidia de tu llanto porque danza por tu cara; y siento pena de mi llanto... porque es tanto que no aguanto.
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Este cuento es una adaptación de este otro escrito.
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